La economía de Venezuela es muy simple en
sus fundamentos. Por desgracia es un sistema económico muy especial
que no es tratado por los textos clásicos que aprenden nuestros alumnos de Economía en el país y en el exterior
Comencemos por lo esencial.
En un trabajo de 1980 B. Mommer
calculó cuidadosamente el trabajo en horas que hay en un barril de petróleo y
lo comparó con la cantidad de horas de trabajo contenida en los bienes que
obtenemos por él en el mercado internacional [2]. La relación es en general
superior a 4. Es decir, el país, debido a que en su territorio hay petróleo, recibe
por lo menos el producto de 4 horas de trabajo por cada una que da. Puede
ser mucho más (8 ó 9) en épocas de precios altos. Dicho sin eufemismos: somos
un país parasitario en trabajo. Si, dejando de lado la simplificación marxista
de que el valor es producido sólo por el trabajo, tenemos en cuenta que en la
formación del valor interviene la capacidad científica, tecnológica y
organizativa, que importamos dando muy poco en retribución, la diferencia es
aún mayor. Cuando un venezolano formado en el país gracias a esa renta que
recibimos del exterior se queda en el exterior contribuyendo al desarrollo de
otro país que se ahorra su formación, o cuando científicos venezolanos hacen,
gracias a las facilidades que se les
dan, una contribución científica que beneficia más a otros países que al
nuestro, o cuando un empresario que ha acumulado dinero en el país lo envía al
exterior, esto puede considerarse, desde un punto de vista internacional,
desapasionado y objetivo, como una pequeña compensación de aquella continua
asimetría en el intercambio. Es duro, pero esencial, reconocer esta verdad.dale click